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viernes, 24 de abril de 2015

Y pensaba por el río y por mi...

¿Quién pudiera pensar que yo haría esto? Obviamente, nadie. Siempre soy yo la mala... Igual les digo que no me molestaba del todo serlo, a veces era hasta divertido ver como te tienen miedo.
El caso es que acá me encontraba yo, caminando por el río con un niño entre mis brazos y otro caminando a la par mío. Si alguien me viera justo ahora, no me reconocería.
¿Y qué hacía con esos dos pequeños caminando por el río? Estábamos yendo a un picnic, Dan el mayor de mis hermanos, que caminaba junto a mí, con solo 5 años, me había rogado por una semana de hacer esto y me dio tanta lástima que termine aceptando.
Llevaba una mochila con ensaladas, jugos, frutas y golosinas. La verdad, que entre la comida y los juguetes de mis hermanos pesaba mucho. Sin olvidarnos de la inmensa manta que nos puso mi mamá.
Cuando encontramos un lugar lindo, abajo de un árbol y a pocos metros del río, decidí que comeríamos ahí. Le dije a Dan que me ayude a tender la manta en el pasto, así podia dejar a Simón acostado. Después de eso, empezamos a sacar la comida, le di su polenta a Simón y una ensalada de choclo, lechuga, zanahoria, tomate y mayonesa para Dan. Yo termine comiendo el resto que dejaron mis hermanos de sus comidas, ya que no tenia mucha hambre.
Mas tarde los deje a ellos jugando con autitos viejos que seguramente serían de alguno de mis tíos, y me fui a la orilla. Me senté y estuve preguntándome reiteradas veces, por qué hacía esto... ¿Lo de ser mala y antipática con todos o lo de llevar a mis hermanos a un picnic? Em, creo que ambas. Desde que mi papá nos abandonó, yo me volví fría con todos, no mostraba nada y contestaba mal a todo, vivía enojada. Hace poco me lo cruce, a mi papá, caminando como si nada por la calle, con una mujer y una nena, su nueva familia. Después volví a casa y la vi a mi mamá destrozada, no podía mantenernos. Y ahí fue cuando entendí que debía volver a ser feliz, no mirar en lo que se fue, si no en lo que esta. Tenia que ayudar a mi mamá a sacarnos adelante. Era mi deber como hija mayor ayudar a mis hermanos y darles un poco de alegría, cosa que nadie tenía hace mucho tiempo.
Pensar que si no lo hubiera visto a él, feliz con lo que sea que tenga, hoy no podría estar mirando con una sonrisa en mi cara a mis dos hermosos hermanos jugando a la sombra de un árbol, sin preocupaciones y con una sonrisa el doble de grande que la mía. Tampoco hubiera comenzado a trabajar y hubiera conocido a quien me trae tan locamente enamorada, John.
Agradezco haber entendido que, si no te tengo, también puedo ser feliz.

Obra propia. 

PIENSO.

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